(Radio Vaticana – 09.04.2017). “Para seguir fielmente a Jesús, pedimos la gracia de hacerlo no de palabra sino con los hechos, y de llevar nuestra cruz con paciencia, de no rechazarla, ni deshacerse de ella, sino que, mirándolo a Él, aceptémosla y llevémosla día a día”, lo dijo el Papa Francisco en su homilía en la Misa del Domingo de Ramos. La Plaza de San Pedro, magníficamente adornada para la ocasión con numerosos olivos y flores, fue el marco en el que el Pontífice presidió la procesión y la bendición de las Palmas y la celebración de la Pasión del Señor.

Ante miles de fieles y peregrinos procedentes de numerosos países, el Obispo de Roma recordó en su homilía que, “esta celebración tiene como un doble sabor, dulce y amargo, es alegre y dolorosa, porque en ella – dijo el Papa – celebramos la entrada del Señor en Jerusalén, aclamado por sus discípulos como rey, al mismo tiempo que se proclama solemnemente el relato del Evangelio sobre su pasión”. Es por ello, que nuestro corazón siente ese doloroso contraste y experimenta en cierta medida lo que Jesús sintió en su corazón en ese día, el día en que se regocijó con sus amigos y lloró sobre Jerusalén.

Así mismo, el Papa Francisco señaló que desde hace 32 años la dimensión gozosa de este domingo se ha enriquecido con la fiesta de los jóvenes, es decir, con la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que este año se celebra en ámbito diocesano. De modo especial, este Domingo de Ramos, los jóvenes de Cracovia entregan la Cruz peregrina de las Jornadas Mundiales de la Juventud, a los jóvenes de Panamá, sede de la próxima JMJ en el 2019.

 

Texto y audio completo de la homilía del Papa Francisco: http://www.news.va/es/news/el-papa-el-domingo-de-ramos-jesus-el-gran-paciente



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